El 23 de marzo de cada año la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y sus 187 miembros celebramos el Día Meteorológico Mundial. Cada año se elige un lema para la celebración y en 2006 se ha escogido «La prevención de los desastres naturales y la atenuación de sus efectos».
El año 2005 se ha caracterizado por sequías extremas y prolongadas en algunas partes del mundo como el Gran Cuerno de Africa, partes de Europa (entre ellas, España) y Asia, Australia y Brasil. En 2005 el tamaño del agujero de ozono antártico ha sido el mayor de los registrados después de los años 2000 y 2003.
También en 2005 se produjo en el Atlántico Norte un número récord de huracanes devastadores. Incluso España se vio insólitamente afectada por los restos del ciclón Vince, y la tormenta tropical Delta. Actualmente la OMM promueve la llamada «cultura de la prevención», basada en un enfoque estratégico y sistemático que permita reducir el riesgo y la vulnerabilidad frente a los desastres naturales. Si bien los desastres naturales no pueden evitarse, se trata de atenuar al máximo sus efectos mediante la integración de la evaluación de los riesgos y de las alertas tempranas en las medidas de prevención.
En España se trabaja actualmente en la puesta en marcha de un sistema coordinado de alerta ante riesgos naturales buscando los efectos sinérgicos de la actuación de diversos organismos de la Administración. Se ha desarrollado un proyecto europeo llamado EMMA en el que participa el Instituto Nacional de Meteorología (INM) tendente a armonizar los avisos meteorológicos de fenómenos adversos por parte de los diferentes Servicios Meteorológicos europeos. En aplicación de este proyecto europeo se van a implantar tres niveles de aviso (simbolizados con el color amarillo, el naranja y el rojo) en función del peligro que entrañan y de su rareza. El nuevo Plan Nacional de Predicción y Vigilancia de Fenómenos Adversos que ha elaborado el INM y que estará operativo en breve, incorpora esta simbología.
En el marco de la cooperación internacional del INM con países en desarrollo, no pocas actuaciones se refieren a la prevención de desastres naturales y a la atenuación de sus efectos, dedicando a ello aproximadamente un 1% de su presupuesto anual. En definitiva la creciente preocupación social por los fenómenos meteorológicos adversos es objeto de un movimiento mundial tendente a prevenir y atenuar los efectos de los desastres naturales. A promover el apoyo y la sensibilización de todos se dedica hoy el Día Meteorológico Mundial.
Francisco Cadarso González (Director general del INM)
Fuente: www.abc.es