La Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático, inaugurada hoy en Nairobi, es la décimo segunda de las denominadas COP que celebra Naciones Unidas tras la firma de la Convención Marco en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, en 1992.
– I Conferencia (Berlín, Alemania. 1995). Finaliza con la firma del llamado ‘Mandato de Berlín’, que estableció la voluntad de reducir los gases causantes del efecto invernadero, pero sin compromisos sobre cifras y plazos.
El acuerdo libera a los países en desarrollo de todo compromiso de reducción de emisiones en lo que queda de siglo y establece no conceder incrementos en las cuotas de emisión de gases contaminantes para aquellas naciones industrializadas que realicen inversiones ecológicas en el Tercer Mundo.
– II Conferencia (Ginebra, Suiza. 1996). Asume la responsabilidad del factor humano en el cambio climático y reconoce la necesidad de fijar ‘objetivos cuantitativos legalmente vinculantes’ para limitar la emisión de gases de efecto invernadero por parte de los países industrializados.
– III Conferencia (Kioto, Japón. 1997). Logra un acuerdo sin precedentes para frenar la degradación medioambiental de la Tierra, obligando a los países industrializados a reducir sus emisiones de gases.
El Protocolo que lleva el nombre de esta ciudad divide a los países industrializados en ocho grupos y obliga jurídicamente a los desarrollados a reducir sus respectivas emanaciones de seis gases (CO2, metano, óxido nitroso, hidrofluorocarbono, perfluorocarbono y sulfuro hexafluoruro) una media del 5,2 por ciento entre el 2008 y el 2012 sobre los niveles de 1990.
El Protocolo de Kioto impone para EEUU una rebaja del siete por ciento, para Japón de un seis por ciento y la Unión Europea de un ocho por ciento.
– IV Conferencia (Buenos Aires, Argentina. 1998). Aprueba un programa de trabajo denominado Agenda 2000, que aplaza hasta el 2000 la puesta en marcha del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) acordado en el Protocolo de Kioto.
También se acuerda la presencia de organizaciones no gubernamentales en los órganos de negociación de la convención del clima y se pone en marcha una plataforma para armonizar los protocolos de Montreal, sobre gases que afectan a la capa de ozono, y de Kioto.
– V Conferencia (Bonn, Alemania. 1999). Pone en evidencia el abismo que separa a los países industrializados de las naciones en desarrollo y las prioridades tan distintas con las que ambas regiones abordan la lucha contra el cambio climático.
– VI Conferencia (La Haya, Holanda. 2000). Se suspende sin acuerdo debido a las diferencias insuperables entre los principales negociadores, la Unión Europea y Estados Unidos.
Los sumideros de carbono, el comercio de derechos de emisión y la financiación del mecanismo de desarrollo limpio son los principales caballos de batalla, así como la conveniencia o no de introducir sanciones en caso de incumplimiento del protocolo.
Estados Unidos apostaba por utilizar sin límites los llamados ‘mecanismos de flexibilización’, mientras que la UE consideraba que eso desvirtuaría por completo el Protocolo de Kioto y lo dejaría sin eficacia real en el medioambiente.
– VII Conferencia (Marraquech, Marruecos. 2001). Confirma el ‘compromiso internacional’ con el protocolo de Kioto. Pese a que Japón, Rusia y Canadá, integrantes del denominado Grupo Paraguas, dificultaron la última parte de las negociaciones, se logra un acuerdo sobre las reglas de aplicación del compromiso de Kioto.
Los puntos clave del consenso se centran en las consideraciones acerca del régimen de cumplimiento del Protocolo, punto éste sobre el que se acordó crear un comité de control y establecer sanciones para los países que incumplan su acuerdo reducción; el funcionamiento de los mecanismos de flexibilidad del protocolo, los sumideros, las reglas de contabilidad de las emisiones, la financiación y los países en desarrollo.
– VIII Conferencia (Nueva Delhi, India. 2002). Incide en la ‘alta prioridad’ de paliar la emisión de gases de efecto invernadero, pero no se contempla la necesidad de ratificar el Protocolo de Kioto.
Pese a las presiones ejercidas por China y por el Grupo-77, integrado por los países en vías de desarrollo, en la declaración final no se hace mención a que éstas últimas naciones adquieran compromisos para la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, como exigían los países industrializados.
– IX Conferencia (Milán, Italia. 2003). Renueva el apoyo al Protocolo de Kioto a pesar de la falta de consenso internacional para su entrada en vigor.
No se consigue un acuerdo sobre la creación de un fondo de ayuda a los países del Tercer Mundo promovido por la UE de 410 millones de dólares anuales a partir de 2005, debido a la petición de los países miembros de la OPEP de verse incluidos entre sus beneficiarios, que quieren verse compensados por el descenso de las ventas debido al impulso de las energías renovables, como la eólica o la solar.
– X Conferencia (Buenos Aires, Argentina. 2004). Acuerdo de mínimos debido a la polémica propuesta de Argentina que respaldó la Unión Europea. La propuesta consistía en celebrar un seminario anual para avanzar en la lucha contra el calentamiento global a largo plazo.
Finalmente, se acepta la celebración del seminario, pero sólo a cambio de que éste tuviera un carácter consultivo y de intercambio de información. La primera reunión de esas características se celebra en el mes de mayo de 2005 en Bonn (Alemania).
Otro punto de conflicto de la Conferencia de Buenos Aires es el de la adaptación a los impactos del cambio climático, especialmente en las naciones más pobres. En este apartado se acordó poner énfasis en la recopilación de datos y la formulación de modelos de prevención meteorológicos; el análisis de la vulnerabilidad y el cálculo de los costos del impacto del cambio climático.
– XI Conferencia (Montreal, Canadá. 2005). Primera desde la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, los países adscritos al mismo deciden ‘iniciar un proceso para considerar posteriores compromisos’. El objetivo de los países industrializados y los países en vías de desarrollo es establecer un acuerdo, que algunos ya han empezado a llamar Kioto-2, que obligue a los estados a mayores reducciones.
Se impulsa una iniciativa para involucrar en la lucha contra el cambio climático a toda la comunidad internacional, incluidos los países no adheridos al Protocolo de Kioto. La UE, Canadá y Japón consiguieron que este acuerdo, que sólo implica el ‘inicio de un diálogo para la cooperación a largo plazo’, sin objetivos concretos, fuese aceptado por EEUU.
Fuente: Terra Actualidad