El príncipe Alberto de Mónaco inauguró hoy el primer «pozo de carbono» de Europa en una zona forestal francesa vecina a su Principado, en el marco del protocolo de Kioto sobre la reducción de los gases que causan el efecto invernadero.
Un «pozo de carbono» es una plantación forestal cuyas modalidades se inscriben en el marco del protocolo de Kioto.
El fin de este tipo de plantaciones es capturar el gas carbónico que contribuye al efecto invernadero y al calentamiento de la atmósfera.
El soberano, que plantó algunos arboles, subrayó que existe «urgencia» para actuar contra el cambio climático.
En una breve alocución, Alberto II mostró su deseo de que el mundo sea «consciente de la urgencia que existe en actuar, y que se adopten cada día actitudes responsables para preservar nuestro medioambiente y proteger a las generaciones futuras».
Mónaco ha firmado un acuerdo con la Oficina Nacional de Bosques (ONF) de Francia para generalizar los proyectos de forestales de lucha contra el cambio climático.
El director general de ONF, Paul-Olivier Drège, explicó que «pozos de carbono» como el inaugurado hoy en Francia existen ya en América del Sur, especialmente en Brasil.
Un árbol adulto, con un tronco de 35 centímetros de diámetro y con un metro cúbico de madera, es capaz de «secuestrar» una tonelada de CO2 de la atmósfera.
Se calcula que la masa forestal de Francia en su conjunto constituye un «pozo de carbono» natural capaz de capturar 55 millones de toneladas de CO2 por año, lo que supone diez veces menos de las emisiones de gas carbónico generadas por sus industrias.
Fuente: La Vanguardia digital