El cambio climático eleva progresivamente la temperatura de los ríos, lagos y océanos del planeta, lo que pone en peligro la supervivencia de sus peces, que ven cómo se reduce el oxígeno en el agua y se dificulta su reproducción, informó hoy el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF).
‘Un agua más caliente supone menos comida, menos crías y menos oxígeno para las poblaciones de peces de agua dulce y salada’, según un informe publicado por el WWF una semana antes de que se celebre en Montreal (Canadá) una conferencia mundial sobre el cambio climático y el Protocolo de Kioto.
Según ese informe, el cambio climático es responsable de alteraciones en el ritmo y la cantidad de lluvias, así como en la temperatura y nivel de ríos y mares.
Esos cambios aumentan la presión sobre los peces, ya amenazados por un exceso de pesca que ha reducido al 75 por ciento la población total, según la responsable del WWF Katherine Short, quien señaló que la temperatura media del planeta se ha incrementado 0,7 grados centígrados en el último siglo.
‘Es necesario proteger la población de peces, tanto de agua salada como dulce, ya que es uno de nuestros activos de mayor valor biológico, nutricional y económico’, afirmó el jefe de la Unidad de Política Europea del Clima y Energía del WWF, Stephan Singer.
El informe sostiene, por ejemplo, que el calentamiento progresivo del agua puede detener el crecimiento de la población de determinados peces, puesto que ralentiza su crecimiento y su tasa reproductiva.
Así, algunos peces de aguas templadas, como el salmón, siluro o bagre y el esturión, no pueden reproducirse si las temperaturas invernales no bajan hasta un mínimo determinado.
Además, Short explicó que la cantidad de oxígeno disuelto en el agua se reduce, lo que dificulta que los peces de agua dulce puedan filtrarlo para respirar.
Otra consecuencia del calentamiento es que ciertos peces se ven obligados a abandonar su hábitat natural en busca de temperaturas más frías, lo que deja a otras especies animales en serias dificultades para encontrar alimento.
En 1993, por ejemplo, un desplazamiento de peces hacia las profundidades del Golfo de Alaska en busca de zonas más frescas hizo que unas 120.000 aves marinas murieran de hambre al no ser capaces de sumergirse lo suficiente para llegar hasta donde se realojaron los ejemplares de los que se alimentaban.
El WWF advierte, además, de que los agentes patógenos y los parásitos que afectan a los peces se desarrollan más rápidamente a medida que aumenta la temperatura, por lo que se vuelven más dañinos.
Los peces de agua dulce y salada generan un negocio en todo el mundo de unos 130.000 millones de dólares al año y empleo para 200 millones de personas, al tiempo que alimentan a millones de personas, según Singer.
El 50 por ciento de los peces exportados proceden de países en desarrollo, cuyas poblaciones a menudo encuentran en la pesca un medio fundamental de subsistencia, explicó.
Respecto al Mediterráneo, la organización ecologista recuerda que su temperatura y su nivel de agua aumentan gradualmente, al tiempo que se reduce el cauce de los ríos que en él desembocan.
Todo ello está motivando una caída de la industria pesquera que ‘terminará teniendo un impacto masivo tanto en la economía como en el turismo y la biodiversidad de las regiones del noroeste del Mediterráneo, principalmente’, indica el informe.
Por ejemplo, el aumento de la temperatura del agua hará que algunas especies económicamente importantes para la zona como la merluza y el capellán o mollera (trisopterus minutus) no puedan vivir allí.
Por ello, el WWF solicita a los representantes gubernamentales que asistirán a la reunión de Montreal un compromiso para iniciar negociaciones encaminadas a continuar con el recorte de las emisiones de dióxido de carbono, una vez que haya concluido el periodo de vigencia del Protocolo de Kioto en 2012.
‘Si no se reducen más las emisiones de gases de efecto invernadero se aumentará la presión sobre los peces y sobre miles de millones de personas que dependen de ellos como fuente proteínica’, aseguró el Singer.
Al ritmo actual de calentamiento del planeta, a mediados de siglo la temperatura media podría haber subido hasta dos grados centígrados respecto a la época anterior a la industrialización, una variación suficiente para provocar la desaparición de hasta un millón de especies.
Fuente: Actualidad Terra