El ciclón extratropical que azotó Galicia en la madrugada del 24 de enero pulverizó los registros históricos de temporales en la comunidad. La ráfaga máxima de este fenómeno, cuya denominación técnica es ciclogénesis explosiva, fue de 198 kilómetros por hora, a mucha distancia de los 158 del Hortensia en 1984. Klaus, como lo bautizó el servicio de meteorología alemán, es el temporal más virulento que ha vivido Galicia desde que existen datos.
¿Qué es una ciclogénesis explosiva y cómo se forma?
La ciclogénesis es, en resumen, la creación de un ciclón, mientras que el calificativo de explosiva se refiere a la rapidez con la que gana profundidad y con la que se mueve, lo que dificulta los pronósticos. Los ciclones son centros de bajas presiones que se forman en zonas tropicales, que cogen su energía del agua del mar y se realimentan. Cuando se forman en el Atlántico se les llama huracanes; en el Pacífico, tifones, y en el Índico, ciclón a secas. En nuestras latitudes, en cambio, lo correcto es referirse a estos fenómenos como borrascas o ciclones extratropicales. Su formación es diferente, ya que los centros de bajas presiones cogen su energía del aire frío en altura. Como los huracanes, sus efectos son notables. El fenómeno vivido el sábado se quedó en el límite de un huracán de categoría 1.
¿Cómo y dónde se originó?
La ciclogénesis explosiva se formó en el Atlántico en la tarde del jueves por el choque de una masa de aire caliente tropical con otra de aire muy frío. Su inicio se localiza al noroeste de las Azores. Las predicciones de MeteoGalicia apuntaron ya ese día la formación de la borrasca y de los fuertes vientos que traería el viernes por la tarde. El viernes por la mañana se confirmaron los pronósticos y se elevó el nivel de alerta. La rapidez con que avanzó y, sobre todo, con la que ganó profundidad, complicó la observación previa del fenómeno. Las primeras predicciones se basaban en modelos matemáticos, porque la borrasca aún no era visible en el satélite.
¿Ha sido el peor temporal de la historia de Galicia?
Desde que se registran datos, sí. El Hortensia, la referencia para varias generaciones de gallegos, contabilizó una ráfaga máxima de 158 kilómetros por hora en Monteventoso, Ferrol. Esta marca se batió hasta cinco veces en la noche del viernes: 198 en Bares, 183 en Malpica, 182 en Os Ancares y A Veiga, y 178 en Oia. Son rachas que solo se mantuvieron unos segundos (para que un huracán sea de categoría 1 deben mantenerse las rachas de 123 kilómetros por hora durante un minuto). Además de estos hitos, la imagen de conjunto revela que la casi totalidad de Galicia se vio azotada por vientos de más de 100 kilómetros por hora, velocidad superada en 37 estaciones de MeteoGalicia.
¿Por qué sus efectos fueron tan virulentos en Galicia?
El ciclón extratropical pasó muy cerca de la comunidad: el punto más próximo fue Bares, precisamente donde se contabilizó la ráfaga máxima. Además, esta borrasca estaba integrada dentro de otra mayor, que ya había dejado mal tiempo en Galicia, y se aprovechó de la corriente en chorro para desplazarse a toda velocidad. Las ciclogénesis explosivas se caracterizan por su rapidez, lo que ocasionó que a media tarde del viernes el temporal todavía no se hubiese presentado con toda su virulencia, para dejar, solo unas horas después, una estela de destrucción a su paso. Por su infrecuencia y lo extremo de sus efectos la alerta se activó con varias horas de antelación a la llegada del temporal, ya que existía el riesgo de que llegase antes de lo esperado. Al mismo tiempo, MeteoGalicia reforzó su servicio de predicción: instaló estaciones móviles en la costa para completar su red habitual y emitió partes horarios de seguimiento para Protección Civil.
¿Puede repetirse? ¿Cuándo?
Fenómenos así son poco frecuentes y lo normal es que se produzcan en intervalos de varios años. El meteorólogo de MeteoGalicia Juan Taboada afirma que en los casi diez años que lleva haciendo predicciones nunca habían visto «un fenómeno con estas características» y que su tiempo de retorno debería ser dilatado, lo que tampoco excluye la posibilidad de que reaparezca antes de lo esperado, aunque sería inusual. Para volver a verlo deberían repetirse las condiciones de Klaus, tanto para que se forme la ciclogénesis como para que pase tan cerca de Galicia. «Esta vez as circunstancias foron perfectas», resume Taboada.
¿Cómo se bautizan estos fenómenos meteorológicos?
Existe una convención para bautizar los ciclones tropicales: cada temporada se empieza por la letra a y se le asignan diversos nombres (Gordon, Mitch). Resulta útil en lugares donde se forman con frecuencia, como los trópicos, tanto para distinguirlos como para lograr una alerta más eficaz entre la población. Pero las borrascas extratropicales del Atlántico no reciben nombres. ¿Por qué el Hortensia sí? Se trató de un fenómeno diferente: eran los restos de un ciclón tropical, que llegó debilitado en forma de borrasca, igual que el Gordon, que pasó por Galicia al ser captado por un frente frío de una borrasca extratropical, aunque su formación no se debió a una ciclogénesis. Sin embargo, el servicio meteorológico alemán sí suele bautizar estos fenómenos, y al del viernes lo llamó Klaus.
Fuente: La Voz de Galicia