Los 194 países reunidos en la Conferencia de Naciones Unidas del Cambio Climático en Doha han alcanzado un acuerdo de mínimos para prórrogar hasta 2020 el periodo de compromiso del Protocolo de Kioto, que expiraba este año.
El acuerdo, conocido como Puerta Climática de Doha, supone prorrogar Kioto ocho años, el único tratado internacional vinculante para combatir el calentamiento global. Sin embargo, Rusia, Japón y Canadá, entre otros, no han accedido a este nuevo compromiso, con lo que las emisiones de CO2 de los participantes suponen ahora apenas el 15% de las emisiones globales.
«Les agradezco a todos ustedes su buena voluntad y el duro trabajo para avanzar en este proceso», ha afirmado el presidente de la Conferencia, Abdulá bin Hamad al Attiyah, durante la presentación de los resultados de las negociaciones maratonianas de la conferencia. La COP18 en realidad debería haber concluido el viernes, pero fue prorrogada para lograr un acuerdo.
El delegado ruso, Oleg Shamanov, sin embargo, ha manifestado la negativa de su país, que, como Bielorrusia y Ucrania, rechazan prorrogar el Protocolo de Kioto más allá de 2012.
Medidas insuficientes
El acuerdo alcanzado en Doha aplaza además hasta 2013 las negociaciones sobre la demanda de los países en vías de desarrollo, que exigen mayores donaciones para ayudarles a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Todas las delegaciones presentes en Doha han reconocido que el acuerdo final no satisface las recomendaciones de los científicos, que pedían medidas drásticas para evitar un calentamiento que está provocando olas de calor, inundaciones, sequías o la subida de los niveles del mar.
La comisaria de Acción por el Clima de la Unión Europea (UE), Connie Hedegaard, reconoce que el paquete acordado en Doha «no es perfecto», pero es un paso adelante esencial para la protección del medio ambiente. «Debemos aumentar juntos la velocidad. El mundo lo necesita más que nunca», instó la funcionaria europea.
El presidente de la conferencia, el viceprimer ministro qatarí Abdullah bin Hamad Al Attiyah, logró imponer hoy una prolongación hasta fines de 2020 del Protocolo de Kyoto. Tras una dura negociación, el anfitrión de la Conferencia decidió casi en solitario que la nueva estructura, que no prevé obligaciones más estrictas, será la que prevalezca a partir de 2013.
El Protocolo de Kioto, firmado en 1997, obligaba a 35 países industrializados a reducir una media de al menos un 5,2% las emisiones de gases de efecto invernadero tomando como referencia las emisiones de 1990.
Sin embargo, ya en su origen no incluía a países desarrollados tan importantes como Estados Unidos y no imponía objetivos de reducción de los gases a los países en desarrollo como China, India, Brasil o México.
Las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, crecerán este año un 2,6% a nivel mundial y duplican ya las tasas de 1990, fundamentalmente por las aportaciones de grandes potencias en desarrollo como China o India.