El calentamiento global ha desencadenado ‘terremotos glaciales’ en zonas polares y el deshielo podría aumentar el nivel oceánico más rápido de lo que se creía, según estudios publicados hoy por la revista ‘Science’.
Esos trabajos se suman a otras investigaciones divulgadas por la revista que revelaron este mes una aceleración del vertido sobre el Atlántico de los glaciares de Groenlandia y una reducción de la capa de hielo en la Antártida.
Según sismólogos de las universidades de Harvard y de Columbia, los ‘terremotos glaciales’, causados por el choque de esas enormes moles de hielo, han registrado magnitudes de hasta 5,1 grados en la escala de Richter y en Groenlandia se han duplicado desde 2002.
‘La gente cree que los glaciares son inertes o lentos. Pero, en realidad, ahora se están moviendo rápidamente’, señaló Goran Ekstrom, profesor de geología y geofísica de la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Harvard.
‘Algunos glaciares de Groenlandia, tan grandes como la isla de Manhattan y altos como el edificio Empire State, pueden desplazarse 10 metros en menos de un minuto (y causar) un choque que puede generar ondas sísmicas’, señaló.
Los científicos explican ese aumento de la velocidad con la misma teoría sobre el aumento del vertido de los glaciares de Groenlandia sobre el Atlántico norte.
Esta señala que la mayor temperatura derrite la parte alta de los bloques de hielo y el agua acumulada en la base se convierte en un lubricante para el desplazamiento de las masas de hielo hacia el mar.
‘Nuestros resultados sugieren que estos enormes glaciares pueden responder al cambio de las condiciones climáticas más rápidamente que lo que pensábamos’, señaló Meredith Nettles, investigadora del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty, de la Universidad de Columbia.
Los científicos indicaron que su investigación, financiada por la Fundación Nacional de las Ciencias, también determinó que, aunque los ‘terremotos glaciales’ son más frecuentes en Groenlandia, éstos también se han producido en Alaska y en los ‘ríos’ de hielo en el borde de la Antártida.
Otros dos estudios basados en modelos informáticos de las condiciones imperantes en el Paleolítico, hace 130.000 años, establecieron también que el derretimiento en el Artico y en la Antártida podría aumentar el nivel de los mares más rápidamente de lo que se creía.
Esas investigaciones, en las que participaron científicos canadienses y estadounidenses, pronostican que los veranos árticos en el 2100 serán tan cálidos como hace 130.000 años, cuando los niveles marinos aumentaron seis metros por encima de los actuales.
‘Aunque el centro de nuestro trabajo está en los polos, las implicaciones son globales’, señaló Bette Otto-Bliesner, científico de la Universidad de Arizona.
‘Las plataformas de hielo se derritieron antes y los niveles marinos aumentaron. El calor necesario para eso no está muy por encima de las actuales condiciones’, indicó.
Las investigaciones, en las que también participaron científicos del Instituto Geológico de EEUU, señalan que la emisión de los gases invernadero producidos por el hombre podría aumentar la temperatura del Artico en entre 3 y 5 grados centígrados en el verano.
Esta es, más o menos, la temperatura imperante hace 130.000 años, entre la más reciente glaciación y la anterior, cuando el nivel marino era de unos seis metros por encima de los niveles actuales, de acuerdo a los científicos.
Según Shawn Marshall, experto en glaciares de la Universidad de Calgary, la diferencia entre el presente y el Paleolítico es que las condiciones de entonces eran un fenómeno natural y ahora éste ha sido creado por el hombre.
‘Hace 130.000 años hubo un aumento de la radiación solar sobre el Artico causada por leves cambios en la órbita de la Tierra en torno al Sol, algo que es un ciclo normal que ocurre cada decenas de miles de años’, señaló.
Sin embargo, ‘en esta ocasión, el calentamiento ha sido causado por el hombre, por las emisiones de dióxido de carbono, pero se prevé que los efectos sobre el hielo ártico, el permafrost y las tundras sean similares’, añadió.
Fuente: Terra Actualidad