Lo que fue un frondoso y denso manglar en el valle de Bengal (India), hace escasos 20 años, queda ahora reducido a unas ramas podridas, y los felinos se han traslado en busca de comida y protección.
Expertos en vida salvaje aseguran que el aumento del nivel del mar y la erosión de la costa causada por el calentamiento global está acortando los manglares de Sunderbans, amenazando la supervivencia de los tigres.
«Estamos muy preocupados por el nivel de erosión en el hábitat de los tigres, y estamos planeando aumentar la superficie cubierta con manglares en áreas centrales para proteger a los tigres», dijo Kanti Ganguly, ministro para Sunderbans en el estado indio de West Bengal.
Sunderbans, que es una zona pantanosa con 26.000 kilómetros cuadrados de extensión en la frontera india con Bangladesh, está dotada de cientos de pequeñas islas entrelazadas por canales de agua.
Aunque a finales de los 60 vivían en ella 500 tigres, ahora sólo alberga a entre 250 y 270 ejemplares, según sus responsables, aunque el Instituto de Estadística de India sugirió hace poco que la cifra podría ser significativamente más baja.
Los felinos de Sunderbans suelen nadar entre las islas buscando comida y a veces se desvían y entran en los pueblos, donde han matado a al menos 50 personas en los últimos cinco años.
El área es una de las mayores reservas de manglares del mundo y un ecosistema casi único del sur de Asia, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Pero debido al aumento del nivel del mar, dos islas han desaparecido ya y otras son vulnerables.
La destrucción de los manglares también ha afectado negativamente a cocodrilos de agua salada, peces y cangrejos de gran tamaño, apuntó Shakti Ranjan Banerjee, un experto en vida salvaje y ex secretario del grupo ecologista WWF.
«Estamos muy preocupados por la alimentación de los tigres, que podrían no reproducirse como quisiéramos y también por el hecho de que el hábitat del tigre está empequeñeciéndose por el aumento del nivel del mar», dijo a Reuters Pradeep Vyas, responsable de la conservación de los bosques.
El aumento del nivel de agua ha provocado que los manglares estén sobreexpuestos al agua salada, por lo que muchas plantas han perdido sus colores rojos y verdes. Además las tigresas tienen menos lugares donde esconder a sus cachorros de los machos del grupo, que los matan para evitar la competición en el grupo, advierten los ecologistas.
Hace un siglo había cerca de 40.000 tigres en India, pero décadas de caza furtiva y destrucción de su hábitat nacional han recortado la población a 3.700 ejemplares. Algunos expertos dicen que el total podría ser menor de 1.200.
Fuente: Reuters (India)