El Gobierno canadiense presentó este jueves un controvertido proyecto de ley medioambiental que retrasa hasta 2020 la imposición de límites a las emisiones de gases con efecto invernadero.
La propuesta de ley se centra, en cambio, en «objetivos de intensidad», algo que ha sido criticado por todos los partidos de la oposición.
Los «objetivos de intensidad» -un concepto acuñado por la administración del presidente de EEUU, George W. Bush- de hecho permitirán a los sectores que más gases emiten, como el petrolero, aumentar sus emisiones al establecer las reducciones en proporción a la producción.
El Gobierno canadiense planea mantener conversaciones de aquí al 2010 con los distintos sectores industriales, antes de que entren en vigor los primeras limitaciones de las emisiones de gases.
Pero el Ejecutivo no señaló cuáles serán esos límites.
El anterior Gobierno liberal, que ratificó el Protocolo de Kioto, mantuvo tres años de consultas con las industrias que más emiten.
El acuerdo de Kioto obliga a Canadá a recortar un 6 por ciento las emisiones de 1990 para 2012, pero en la actualidad las emisiones canadienses superan en casi un 35 por ciento el límite.
Los propios cálculos del Gobierno conservador canadiense, que desde que llegó al poder en enero no ha ocultado su falta de interés por cumplir con el Protocolo de Kioto, señalan que no se producirán reducciones significativas de las emisiones de gases hasta la mitad del siglo.
Organizaciones ecologistas, grupos sociales y todos los partidos de la oposición criticaron la ley propuesta por el gobierno tras meses de promesas sobre acciones inmediatas y concretas.
El líder de la oposición, el liberal Bill Graham, señaló en el Parlamento que el proyecto de Ley de Aire Limpio «es una desgracia nacional» y la portavoz del grupo Amigos de la Tierra de Canadá, Beatrice Olivastri, calificó la propuesta como «un proyecto de aire sucio».
El partido socialdemócrata NDP calificó el proyecto de ley como un plan «hecho en Washington».
Uno de los puntos fuertes de la ley propuesta es la armonización durante los próximos 12 meses de las emisiones procedentes de vehículos con las leyes federales de Estados Unidos.
La organización medioambiental Sierra Club criticó la medida por alinearse con «los estándares trasnochados y débiles de la administración Bush y no con los estándares estrictos del estado de California».
Los grupos medioambientales consideran que el proyecto de ley significa el definitivo abandono del Protocolo de Kioto pero la ministra de Medio Ambiente canadiense, Rona Ambrose, dijo que Ottawa sigue estando comprometida con el acuerdo.
Fuente: El Mostrador