Los profesores Adolfo Eraso, de la Universidad Politécnica de Madrid, y Carmen Domínguez, de la de Salamanca, regresan a la Antártida para proseguir una investigación basada en medir el calentamiento global a partir de la velocidad a la que se funden los glaciares.
El proyecto ‘Glaciares, Criokarst y Medioambiente’ (Glackma) se desarrolla tanto en el círculo Ártico como en el Antártico y emplea los glaciares como ‘sensores naturales’ para calcular el aumento de la temperatura global, cada vez más acelerado en las últimas dos décadas, según explicó hoy en rueda de prensa el profesor Eraso.
Durante los próximos tres meses los científicos trabajarán en la uruguaya Base Artigas, situada en la Antártida Insular, y también en la Patagonia Chilena, con el fin de recoger los datos registrados por las estaciones de medición y comprobar su buen funcionamiento, dificultado por las duras condiciones meteorológicas.
Además, realizarán trabajos de exploración y reconocimiento con vistas a instalar una nueva estación de medida para conocer la descarga glaciar en latitudes diferentes a las que se controlan en la actualidad.
Asimismo está previsto instalar una estación en Caleta Potter (King George) que registre, además del deshielo, otros parámetros biológicos y paleo-climáticos, en coordinación con expediciones científicas coreanas y argentinas.
Esta nueva tarea se debe a que con motivo del Año Polar Internacional (2007), el proyecto español ha sido seleccionado e incluido dentro de otros dos proyectos internacionales más amplios: el CLICOPEN en la Antártida y en GLACYODIN en el Artico.
El proyecto Glackma consiste en la instalación de estaciones de medida en los glaciares de los hemisferios Norte y Sur que calibran cada hora la descarga glaciar, es decir, cómo se van derritiendo los casquetes naturales según les afectan los cambios en el clima y la atmósfera.
En los últimos tres años, primera fase de la investigación, se han instalado cuatro estaciones, de las que dos se encuentran en casquetes glaciares del Hemisferio Norte (Artico noruego e Islandia) y dos en casquetes del Sur (Antártida insular y Patagonia chilena).
Gracias a las medidas que han registrado hasta ahora se ha podido saber que la descarga glaciar aumenta de forma exponencial cada año, y que cualquier variación en la temperatura ambiente conlleva una respuesta inmediata en el deshielo de los glaciares.
También se ha averiguado que, a la misma latitud, la descarga glaciar es cuatro veces mayor en el Artico que en la Antártida, algo que se explica en que en el hemisferio Norte se concentra la mayor parte de la población terrestre, además de algunos de los países más contaminantes.
El ascenso actual del nivel del mar es un cincuenta por ciento mayor de lo que ‘en el peor de los casos’ se preveía hace diez años para la actualidad, según la investigación española.
En último término, se trata de tener un registro continuo de datos sobre el calentamiento global que España aportará a la comunidad científica internacional.
Para mantener en funcionamiento los puntos de medición, el proyecto sostiene convenios con instituciones de países con bases cercanas abiertas todo el año en las zonas Norte y Sur, como Uruguay, Chile, Rusia, Noruega y Alemania, porque España sólo mantiene operativas las suyas durante el verano de cada hemisferio.
Fuente: Terra Actualidad