Los osos polares que viven en el mar de Beaufort, en Alaska, han comenzado a practicar el canibalismo. La culpa es del calentamiento global y el deshielo, que alejan a los osos de su comida habitual, las focas, según ha demostrado un estudio realizado por investigadores de varias universidades estadounidenses y canadienses.
Entre los meses de enero y abril de 2004, los investigadores localizaron al menos tres casos de osos polares que se alimentaron de ejemplares de su propia especie, en Alaska y la zona más occidental de Canadá, incluido el primer caso conocido de la muerte, a manos de otro oso polar, de una hembra que estaba en su guarida.
El alimento principal de este tipo de osos son las focas, y habitualmente utilizan las superficies heladas para hacer sus guaridas, aparearse o dar a luz.
Según el estudio, en los últimos años los osos polares han comenzado a matarse entre ellos, sobre todo los machos para marcar su territorio y controlar el crecimiento de la población de una zona. Pero lo que era menos habitual era que los osos mataran para alimentarse, según Steven Amstrup, del centro de investigaciones geológicas y científicas de Alaska.
«Durante 24 años de investigación sobre osos polares en el sur de la región del mar de Beaufort y al norte de Alaska, y 34 años de investigación en Canadá, no habíamos detectado ningún incidente que implicara a un oso polar que matara a otro sólo para alimentarse», señaló el científico a la CNN.
El oso polar es uno de los animales del planeta que mayor peligro sufre de extinción, y son muchas las organizaciones ecologistas que han advertido que, de no aumentar su protección, podrían desaparecer antes de final del siglo.
El primer acto de canibalismo se produjo en enero de 2004. Una hembra de oso polar se acercó a una guarida donde se encontraba otra hembra, a la que mató, arrastró a unos 75 metros de la pequeña cueva y luego se comió parte del cadáver.
En abril de 2004, mientras seguían las huellas de un oso polar cerca de la isla de Herschel, en el territorio de Yukon, los científicos descubrieron el cadáver parcialmente comido de otro oso, una hembra adulta, y unos días después investigadores canadienses hallaron los restos de otro oso que había sido atacado por un ejemplar de su misma especie para alimentarse de él.
Fuente: El Mundo