El portavoz de la Agencia ha reconocido que «es verdad que está cambiando la forma de llover». Asistimos a una irregularidad en las lluvias, que ahora son más de tipo tormentoso, lo que coincide con lo que los modelos de cambio climático predicen para España, según Rivera.
Así se desprende de la predicción estacional realizada por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) dada a conocer hoy en una rueda de prensa en la que, además, ha facilitado el balance provisional del año hidrológico (1 de octubre de 2007 a 30 de septiembre de 2008) y los datos correspondientes al verano que acaba de finalizar.
Rivera ha explicado que este otoño «no se va a distinguir por extremos», ya que tanto en lluvias como en temperaturas se va a caracterizar por tener valores cercanos a los normales en esta época del año. No obstante, la predicción estacional apunta hacia un descenso de las temperaturas entre 0,5 y 1 grado centígrado en el noroeste de la Península y sin tendencias significativas en el resto.
El año pasado, el primer semestre del año hidrológico (octubre-marzo) fue el más seco desde 1947, si bien las precipitaciones de la primavera han permitido que vaya a acabar «ligeramente seco». Aunque se trata aún de un balance provisional, ya que el año hidrológico termina a finales de este mes, las precipitaciones medias acumuladas en el conjunto del país (543 litros por metro cuadrado) son un 11% inferiores al valor medio normal (629 litros). Rivera ha explicado que con las lluvias que ya están afectando a parte de España y que continuarán durante las dos próximas semanas es probable que el año hidrológico acabe con unos valores entre un 7 y un 8% por debajo de los normales.
En cuanto al verano meteorológico (junio-julio-agosto), ha sido «ligeramente» más cálido de lo normal en el conjunto del país (0,5 grados centígrados por encima) debido al predominio de vientos de poniente, en tanto que las precipitaciones han sido similares al año anterior.
Rivera ha explicado que este verano no se han producido «olas de calor» propiamente dichas, pero se han distinguido dos periodos más cálidos, en la mitad de julio, cuando se alcanzaron valores en torno a los 40 grados en puntos de Andalucía y Castilla-La Mancha, y en los primeros días de agosto. Concretamente, el 4 de agosto se alcanzó un valor máximo absoluto de 41,7 grados en Córdoba.
Este verano las lluvias sólo superaron los valores medios en el área de Levante, en el sureste de Castilla-La Mancha y en zonas aisladas del Valle del Ebro, y fue especialmente seco en Canarias y en el cuadrante suroeste, donde llovió por debajo del 50% de lo normal.
Por lo que respecta al periodo enero-agosto de este año, la temperatura promedio ha sido de 16,1 grados, por encima de la media de España (15,3 grados), con lo que se puede concluir que cerca del 70% del territorio peninsular ha experimentado temperaturas muy cálidas o extremadamente cálidas, especialmente el sureste y extremo sur de la Península.
Fuente: El País