El cambio climático condiciona el desarrollo de América Latina por el alto impacto económico de ese fenómeno, el cual puede producir pérdidas anuales equivalentes al 1.0 por ciento del PIB regional durante este siglo, estimó la Cepal.
En el estudio «La economía del cambio climático en América Latina y el Caribe 2010», divulgado en el marco de la Conferencia sobre Cambio Climático de Cancún, el organismo regional urgió a los países del área a establecer un acuerdo de mitigación en beneficio propio.
El trabajo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), presentado por la secretaria ejecutiva del organismo, la mexicana Alicia Bárcena, advirtió que el impacto económico del cambio climático en las naciones latinoamericanas es creciente en el tiempo.
Los efectos del cambio climático serán ‘una nueva fuente de preocupación’ en la región por su impacto en la disponibilidad de los recursos hídricos, el incremento de los incendios forestales y las mermas significativas de la productividad agrícola.
Además se observan efectos negativos sobre la salud de la población, daños en zonas costeras por aumento del nivel del mar, disminución de servicios ecosistémicos por pérdidas significativas de biodiversidad y un aumento de la morbilidad y mortalidad por eventos extremos.
Los cambios en las variables climáticas tienen efectos significativos en las economías de América Latina y condicionan el desarrollo de la región, indicó el trabajo coordinado por el director de la División de Desarrollo Sostenible de la Cepal, José Luis Samaniego.
Señaló que la evidencia disponible muestra que la región contribuye con una parte menor al total de emisiones globales y cuenta con una matriz energética más limpia, pero con una parte significativa de emisiones provenientes de la deforestación.
«Además, exhibe un ritmo de crecimiento similar a la media mundial con un 1.19 por ciento entre 1990 y 2005 para el total de gases de efecto invernadero, pero superior si solo se consideran las emisiones derivadas de la quema de combustibles», añadió el trabajo.
Indicó que las emisiones mundiales totales de gases de efecto invernadero alcanzaron en 2005 las 44 mil 130 millones de toneladas métricas de carbono, de las cuales el 12 por ciento correspondieron a América Latina y el Caribe.
A pesar de la baja participación de la región en el total de emisiones, el promedio de emisiones anuales per cápita llegó a 9.86 toneladas, tasa superior al promedio mundial, que asciende a 6.82 toneladas.
El análisis de la Cepal, que complementa un estudio sobre el tema divulgado el año anterior, señaló que para la América Latina «resulta fundamental diseñar e instrumentar una estrategia de desarrollo sostenible, adaptativa, baja en carbono, socialmente incluyente».
Esa estrategia debe reconocer «que un crecimiento económico que no tiene en cuenta consideraciones climáticas y de igualdad será, en el futuro, altamente riesgoso y muy probablemente insostenible en el largo plazo», agregó el documento.
Mencionó que la región observa una creciente variabilidad climática, con aumentos de eventos de temperaturas extremas y con un incremento proyectado de entre 2.0 y 6.0 grados centígrados en la temperatura media en caso de que se mantengan las emisiones altas.
De acuerdo con la Cepal, «a medida que el cambio climático se intensifique, es probable que las consecuencias sean más serias y pongan en riesgo el logro de los objetivos de desarrollo económico, social y ambiental en América Latina y el Caribe».
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