Casi la mitad de los glaciares incluidos en la lista de Patrimonio Mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) podrían desaparecer si se mantiene el actual nivel de emisiones de gases causantes del calentamiento global, advierte un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Según el informe de la UICN, asesora de Naciones Unidas en temas medioambientales, 21 de los 46 glaciares en la lista de la UNESCO habrán desaparecido para el año 2100. Incluso en un escenario más optimista, en el que las emisiones de gases de efecto invernadero descendieran significativamente, el estudio considera que 8 de estas zonas glaciares no tienen salvación.
Entre las reservas del Patrimonio Mundial que corren peligro se encuentran el Parque Nacional Los Glaciares. También el Parque Nacional de Monte Perdido, en los Pirineos (España y Francia) y otros populares destinos naturales en los Alpes, las Montañas Rocallosas (Estados Unidos y Canadá), el Himalaya (Nepal), entre otros.
«La pérdida de estos icónicos glaciares sería una tragedia y podría tener graves consecuencias en cuanto a disponibilidad de recursos acuáticos, subida de los niveles de los mares y otros patrones climáticos«, dijo en un comunicado el director del Programa de la UICN para el Patrimonio Mundial, Peter Shadie.
Jean-Baptiste Bosson, autor del estudio, aseveró que para preservarlos necesitamos urgentemente grandes reducciones en la emisión de gases de efecto invernadero. «Sólo así se evitarán daños irreversibles que podrían tener graves consecuencias naturales, sociales, económicas y migratorias«, añadió.
El informe además lleva a cabo el primer inventario de los glaciares y calcula la existencia de 19.000 de estas masas de hielo en 46 reservas incluidas en la lista de la UNESCO.
Los glaciares cubren aproximadamente un 10% de la corteza terrestre (en tiempos geológicos recientes llegó a ser del 30%) y son clave en el ciclo hidrológico, al actuar como grandes reservas en las que se acumula más del 60% del agua dulce de la Tierra.