El gobierno británico presentó el Informe Stern sobre las posibles consecuencias del cambio climático, que podría representar pérdidas de hasta 20% del PBI mundial.
El calentamiento global de la Tierra puede costar al mundo más que la Primera o la Segunda Guerra Mundial, o despertar una crisis equivalente a la gran depresión de 1930, según un informe encargado por el Gobierno británico.
En la presentación del informe, el primer ministro británico Tony Blair dijo que ignorar el cambio climático podría tener consecuencias “desastrosas” para la economía global.
Para evitar esto, el gobierno británico instó a los líderes mundiales a invertir 1% del PBI actual en el control climático. La temperatura global puede aumentar entre 2 y 3 grados centígrados en los próximos cincuenta años, aunque podría ser mayor si se mantiene la emisión de gases contaminantes. Y las peores consecuencias serían para los países más pobres y entre los más dependientes de los recursos naturales.
En el caso de América latina, para el 2055 la producción de maíz en los países andinos y de América Central “puede caer un promedio cercano a 15 por ciento”. Este peligro, trasladado al Amazonas –hogar de cerca de un millón de personas de 400 grupos indígenas– representaría también una fuerte pérdida de suministros farmacéuticos.
Con sólo 2 grados más, entre 15 y 40% de las especies del ecosistema –muchas de ellas, en América latina– estarían en peligro de extinción. Los daños ocasionados por inundaciones, aumentos del nivel del mar, derretimiento de hielos y sequías, entre otros, podría ocasionar pérdidas equivalentes a 5 o 20% del PBI bruto mundial por año.
Con un aumento de 3 grados en la temperatura, además, ciudades costeras como Tokyo, Nueva York, El Cairo y Londres correrían el riesgo de desaparecer bajo el agua. En el futuro podría haber 200 millones de refugiados, con su consiguiente impacto sanitario y económico. Por otra parte, una de cada seis personas en todo el mundo, en especial en las regiones más pobres, no tendría acceso al agua potable.
El derretimiento de los casquetes polares agravaría dramáticamente el peligro de inundaciones y, sobre todo en Africa, zonas cultivables se transformarían en terruños secos y estériles, advierte el estudio.
Stern subrayó la necesidad de imponer objetivos más ambiciosos en la reducción de las emisiones y que países como Estados Unidos, China y la India participen en la iniciativa.
Fuentes
Los niveles actuales de gases de efecto invernadero duplican la cifra previa a la Revolución Industrial. Las principales emisiones de gases se registran en energía (24%), industria y transporte (14% cada una), mientras que también hay que considerar el impacto ambiental de la agricultura (14%) y la construcción (18 por ciento).
Propuestas
Por otra parte, consideraron que los avances científicos y tecnológicos deben contemplar la reducción del cambio climático. Para Stern, las acciones deben ser globales, a largo plazo y lo suficientemente flexibles para corresponderse con factores de riesgo e incertidumbre.
Para los países desarrollados, proponen políticas basadas en el establecimiento de un sistema de valuación sobre la base de las emisiones de carbono, tanto en el comercio como en la regulación, para lograr “una economía global de baja emisión de dióxido de carbono”.
A nivel de empresas, una mayor conciencia sobre los productos en relación con el calentamiento global también genera oportunidades, según el informe. “Los mercados para los productos de baja emisión de carbono podrían valer hasta u$s500.000 millones en el 2050, y probablemente más.”
El economista Nicholas Stern, a cargo de la investigación que fue presentada en Londres, dijo que retrasar las medidas diez años situará al mundo en un “territorio peligroso”, con costos para la economía global de hasta u$s7 billones. “No podemos darnos el lujo de esperar los cinco años que nos llevó negociar el Protocolo de Kioto” para reducir las emisiones de dióxido de carbono, dijo Blair, que pidió acciones inmediatas.
Fuente: INFOBAE Profesional