El frente frío que azotó la Península hace dos semanas apenas ha tenido efectos positivos en las reservas nivales de la cuenca del Ebro. Según los últimos cálculos de la Confederación, a pesar de las recientes nevadas, el manto blanco acumulado actualmente en el Pirineo supone apenas el 30% de la media de los cuatro años anteriores y sólo un 40% del que había en 2006 por estas mismas fechas. Además, desde el pasado 1 de octubre en Aragón ha llovido la mitad de lo habitual, lo que mantiene y acentúa la amenaza de sequía de cara a los meses de verano.
Los datos son demoledores. Los modelos numéricos que utiliza la CHE para aproximarse a la cantidad de nieve que hay en la cuenca indican que el pasado sábado, 3 de febrero, las cimas pirenaicas almacenaban unos 480 hectómetros cúbicos. La cifra está muy alejada de los 1.600 hectómetros registrados de media en los cuatro años anteriores, y también es sensiblemente inferior a los 1.200 hectómetros que había en febrero de 2006.
Los cálculos de la Confederación muestran que durante los meses de diciembre y enero las reservas nivales apenas variaron y se mantuvieron en torno a los 400 hectómetros cúbicos. Los científicos consideran que está siendo uno de los inviernos con menos nieve del último medio siglo, y el frente frío que atravesó España hace 15 días no ha paliado esa situación: el incremento registrado en el Pirineo ha sido de sólo 80 hectómetros.
Aunque las estaciones de esquí sí que han podido maquillar una temporada que estaba siendo desastrosa, hay que recordar que la nieve acumulada durante el invierno y deshelada en primavera contribuye decisivamente a llenar los embalses para poder afrontar los riegos de verano. Los agricultores aragoneses siguen viendo la falta de nieve con gran preocupación, circunstancia a la que se le añade la notable escasez de lluvias.
Después de un mes de septiembre extraordinariamente húmedo en el que se recogieron un 150% más de precipitaciones que en un año medio, los datos de la Oficina del Regante del Gobierno de Aragón muestran que desde el pasado 1 de octubre (fecha en la que comenzó el año hidrológico 2006-2007) ha llovido justo la mitad de lo habitual.
Estas cifras se obtienen a partir de las observaciones recogidas en más de 40 estaciones meteorológicas que se reparten por toda la Comunidad, e indican que la situación está empeorando mes a mes: en octubre cayó el 71% de lo habitual, el 46% en noviembre, el 39% en diciembre y sólo un 32% en el recién terminado enero.
La consecuencia directa de este déficit es que, tal y como puede apreciarse en el mapa contiguo, buena parte de las provincias de Zaragoza y Teruel están ya en porcentajes de precipitación negativos respecto a la media.
Situación de los embalses
Los grandes embalses aragoneses todavía no han acusado en exceso la falta de precipitaciones, ya que comenzaron el año hidrológico en muy buena situación gracias a las lluvias de septiembre. Yesa está al 84% de su capacidad; Mediano, al 79%; La Sotonera y El Grado rozan el lleno con un 93% y un 95% respectivamente; y Barasona se encuentra algo peor con un 67%.
No obstante, los pantanos del Noguera Ribagorzana siguen por debajo del 40%, por lo que el Canal de Aragón y Cataluña sigue viviendo una delicada situación. Además, en la margen derecha también hay varios embalses que tampoco llegan a la mitad de su capacidad: La Tranquera (41%), Calanda (35%), Caspe (35%)..
La reserva hidráulica de la cuenca se sitúa en niveles algo superiores a los de 2006 con 4.327 hectómetros cúbicos, un 58,4% de su capacidad total. En este caso, el déficit respecto a la media es de 300 hectómetros -en el caso de la nieve son más de 1.000-.
Fuente: Heraldo