El IPCC asegura que el aumento del nivel del mar se ha acelerado y es ya imparable.
El aumento del nivel del mar se ha «acelerado» por el deshielo en los extremos del planeta y crecerá 10 veces más rápido que en el siglo pasado. De aquí al año 2100 podría subir más de un metro si se mantiene el actual aumento de las temperaturas y, en consecuencia, unos 680 millones de personas que viven cerca de la costa corren peligro y se verían obligadas a migrar a otros lugares. Estas son dos de las conclusiones más alarmantes del Informe Especial sobre el Océano y la Criosfera en un Clima en Cambio (SROCC) presentado este miércoles en Mónaco por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPPC) de la ONU.
Las conclusiones del IPCC no dejan lugar a dudas: la subida podría situarse en entre 30 y 60 centímetros si las emisiones de gases con efecto invernadero se reducen fuertemente y el calentamiento climático se limita a 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales. Pero en comparación con finales del siglo XX, podría llegar hasta los 110 centímetros si continúa la tendencia actual en el aumento de las temperaturas.
Los océnaos y la criosfera —las partes congeladas del planeta— juegan un papel crítico para la vida en la Tierra. Un total de 670 millones de personas viven en zonas de alta montaña y otros 680 millones de habitantes lo hacen en zonas costeras. Todos ellos dependen directamente de estos ecosistemas, asegura el informe. El aumento del nivel del mar amenaza además a los cuatro millones de personas que viven permanentemente en el Ártico, y a los 65 millones que habitan en pequeñas islas. «El calentamiento global ya ha alcanzado 1ºC por encima de los niveles preindustriales debido a las pasadas y actuales emisiones de efecto invernadero.
Existe una evidencia abrumadora de que esto tiene unas consecuencias muy serias para los ecosistemas y la población humana. El océano es más cálido, más ácido y menos productivo. El deshielo están causando el aumento del nivel del mar y los fenómenos extremos en las costas van a ser más severos», resumen sin tibieza los expertos.
Si continúa el ritmo actual de emisiones, los glaciares perderán durante este siglo más de un tercio de su masa. El nivel del mar aumentará a una velocidad nunca antes vista. La olas de calor marinas, atribuibles en su mayoría al cambio climático, son ya cada vez más duras y frecuentes. Y no solo se verá perjudicado el océano o la criosfera: estos cambios están haciendo que el clima del planeta sea más extremo.
Presentado este miércoles en Mónaco y aprobado un día antes por los 195 países miembros, es la evaluación más completa hasta la fecha de los efectos, actuales y futuros, del cambio climático en los océanos y la criosfera. Para su elaboración, se ha contado con la participación de 104 científicos –31 mujeres y 73 hombres– procedentes de 36 países, y se han analizado cerca de 7.000 publicaciones. Durante el largo proceso de confección, el trabajo recibió más de 30.000 comentarios de especialistas, de la UE y de 80 gobiernos.
Principales conclusiones Las principales conclusiones del informe especial del IPCC son: El aumento del nivel del mar para el año 2100 podría ser de casi un metro si el calentamiento global supera los 3°C, que es adonde nos llevan los compromisos actuales asumidos por los Estados. Esto podría provocar el desplazamiento de millones de personas de las zonas costeras. A medida que la temperatura de la superficie del mar aumente y los océanos se vuelvan más ácidos, la vida marina y los ecosistemas oceánicos se enfrentarán a mayores amenazas.
Incluso si el calentamiento global se limita al objetivo acordado de 1,5°C, se prevé que se perderá hasta el 90% de los arrecifes de coral de aguas cálidas. Se prevé un deshielo generalizado del permafrost para este siglo y más allá, que libere entre 1.460 y 1.600 gigatoneladas de gases de efecto invernadero, equivalentes a casi el doble del carbono que se encuentra actualmente en la atmósfera. A finales de este siglo, la frecuencia de las olas de calor marinas podría multiplicarse por 50 (con aumentos de temperatura de 3-4 ?) en comparación con finales del siglo XIX.
Lo que está por venir
Analizando la situación actual, el daño al planeta es más que evidente. Y, sin embargo, durante el periodo 2031-2050 no parece que vaya a haber ninguna mejora. Se espera, pues, una inevitable pérdida de masa de los glaciares, el derretimiento del permafrost o la disminución de la capa de nieve. Groenlandia y la Antártida, cuyas capas de hielo liberan más de 400.000 millones de toneladas de agua al año, ofrecerán una imagen cada vez más desoladora. Una situación futura prevista para más allá de mitad de siglo que solo mejorará si se cumplen los objetivos del Acuerdo de París de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
La extensión del hielo marino del Ártico está disminuyendo cada mes del año. Cada verano, su superficie se está reduciendo en más de un 13% cada década. Si se estabiliza el calentamiento global en 1,5°C por encima de niveles preindustriales, el océano Ártico se quedaría sin hielo en septiembre una vez cada cien años. Sin embargo, si la temperatura sube 2°C, esto ocurriría en uno de cada tres.
Mayor frecuencia de episodios extremos
La subida del nivel del mar incrementará la frecuencia de los episodios de nivel del mar extremo que tienen lugar, por ejemplo, durante las mareas altas y las tormentas intensas. Los datos indican que, con cada grado de calentamiento adicional, aquellos fenómenos que en el pasado se producían una vez cada 100 años tendrán periodicidad anual a mediados de siglo en muchas regiones, agravando los riesgos a los que están expuestas muchas islas pequeñas y ciudades costeras de baja altitud.
Si no se destinan grandes inversiones a fines de adaptación, estarían expuestas a riesgos de inundación cada vez mayores, según se explica en el informe. Así pues, es probable que algunas naciones insulares dejen de ser habitables a causa de los cambios en los océanos y la criosfera provocados por el clima, según el informe, pero sigue siendo sumamente difícil evaluar los umbrales de habitabilidad.
La intensificación de los vientos y las precipitaciones asociados a los ciclones tropicales agudizan los episodios de nivel del mar extremo y los riesgos costeros. Los peligros serán todavía más graves a raíz del aumento en la intensidad y la magnitud medias de las mareas meteorológicas y los acumulados de precipitación debidos a los ciclones tropicales, en particular en un contexto de mantenimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero en niveles altos.