Los países firmantes del Protocolo de Kioto, entre ellos España, firmarán hoy en Viena un documento en el que dejan claro su mayor compromiso en la lucha contra el cambio climático y que deberá ser ratificado en la conferencia internacional que tendrá lugar en Bali del 3 al 14 de diciembre de este año. En él se comprometen a reducir entre un 25% y un 40% sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 2020.
Kioto preveía la reducción de un 5,6% de CO2 en un periodo comprendido entre 2008 y 2012 respecto a las emisiones de 1990. Los países firmantes negocian ahora el porcentaje de reducción a partir de 2012. Según el último informe de los científicos del Panel Intergubernamental contra el Cambio Climático (IPCC, sus siglas en inglés), los Estados deberían adquirir un compromiso de reducción entre el 25% y el 40% para frenar el efecto invernadero.
España, Japón, Alemania o Francia se encuentran entre los países que van a firmar esta significativa reducción de CO2 para dentro 13 años.
El cambio climático es ya «inequívoco» en todo el planeta, de acuerdo con las últimas observaciones sobre el derretimiento generalizado del hielo y el aumento de las temperaturas y del nivel medio del mar. Ésta es la principal conclusión del cuarto informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC), cuya publicación está prevista para la próxima cumbre mundial del organismo, a celebrar en Valencia el 17 de noviembre, informa Reuters.
El texto -en el que han participado 2.500 científicos de 130 países- achaca el fenómeno a la emisión de gases por parte del hombre en un 90 por ciento, cuando el anterior informe del IPCC que hacía referencia a este aspecto sólo alcanzaba un 66 por cien de «culpabilidad» humana.
Sin embargo, los gobiernos «están a tiempo» de ralentizar la escalada de emisiones y reducir su impacto dañino sobre la Tierra «si actúan rápido». Para ello, el informe recomienda implementar políticas de ahorro energético, extender el uso de fuentes renovables, agilizar el mercado de emisiones y promover el enterramiento de CO2 en las centrales eléctricas de carbón para evitar que llegue a la atmósfera.
El impacto económico del cambio climático es uno de los aspectos que más preocupan. Según el trabajo, el coste de estas iniciativas sería «manejable» para la economía mundial, cuyo PIB se reduciría hasta un 3 por ciento en 2030 si se adoptan todas las medidas propuestas para estabilizar las emisiones antes de 15 años. De no hacerlo, algunas previsiones hablan de un 30 por ciento de pérdidas.
El borrador preliminar del informe, que circula por la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU que se celebra estos días en la capital austriaca, alerta sobre la posibilidad de que el nivel del mar siga subiendo durante los próximos siglos entre 40 y 370 centímetros, y entre 18 y 59 antes del año 2100, siempre y cuando el casquete polar ártico y las capas de hielo que cubren la Antártida y Groenlandia no se derritan, en cuyo caso el aumento se mediría en decenas o centenares de metros.
El nivel del agua crecerá «por muchos siglos», incluso si se detuvieran inmediatamente las emisiones, porque las aguas profundas absorberán lentamente el calor de las superficiales, expandiendo el volumen de los océanos por el efecto térmico. En cuanto a la atmósfera, el cuarto informe del IPCC confirma que, en «escenarios favorables», las temperaturas se elevarán entre 1,8 y 4 grados centígrados este siglo.
EE UU, criticado por no firmar el Protocolo de Kioto, manifiesta ahora estar «profundamente comprometido» con el medio ambiente, después de recibir duras críticas por parte de la Unión Europea. El Protocolo compromete a los firmantes a reducir sus emisiones de 1990 un 5 por ciento antes de cinco años, objetivo que muy pocos países podrán cumplir.
Fuente: Consumer y La Razón digital