El presidente estadounidense George W. Bush trata de mostrar que tiene iniciativa en la lucha contra el cambio climático, sin embargo el viernes reafirmó su oposición a cuotas obligatorias que limiten las emisiones de gases contaminantes, y se limitó a poco más que convocar a una nueva reunión de jefes de Estado para mediados de 2008, retrasando una vez más el momento de afrontar el problema. Como siempre los intereses económicos y políticos están por delante de todo lo demás.
En un discurso ante los 16 países más contaminadores del mundo, Bush pareció ceder poco terreno en su pulso con la ONU sobre cómo enfrentar el calentamiento global.
«Nuestro principio guía es claro: debemos llevar al mundo a producir menos emisiones de gases con efecto invernadero y debemos hacerlo de una manera que no debilite el crecimiento económico o impida a los países transmitir más prosperidad a su gente», dijo Bush.
Además, reiteró su oposición a la aplicación de cuotas mundiales obligatorias que limiten las emisiones de gases de efecto invernadero, que los líderes industriales y empresarios de Estados Unidos temen incremente fuertemente sus costos y el de los consumidores.
«Cada país debe decidir por sí mismo la correcta combinación de herramientas y tecnologías» para luchar contra el calentamiento global, sostuvo Bush en el segundo y último día de la conferencia que él mismo convocó en Washington.
Los países europeos y expertos en cambio climático han visto con cautela la iniciativa de Washington y temen que socave el esfuerzo multilateral liderado por la ONU, más lento y engorroso pero con metas más exigentes.
Bush ha sido duramente cuestionado por no adherir Estados Unidos al Protocolo de Kyoto de la ONU vigente desde 2001 -que estableció metas obligatorias para la reducción de las emisiones contaminantes- alegando que supondría una amenaza para la economía.
Bush intentó disipar los temores asegurando que Estados Unidos -la primera economía mundial y también la que más contamina- se toma muy en serio el calentamiento global y prometiendo establecer «un objetivo de largo plazo para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero».
El mandatario también convocó a una reunión de jefes de Estado para abordar el cambio climático para mediados del año próximo. «Estableceremos una meta a largo plazo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero», indicó. «Al fijar esta meta, reconocemos que hay un problema, y al establecer la meta, nos comprometemos a hacer algo al respecto. Para el próximo verano (boreal) realizaremos una reunión de jefes de Estado para determinar esta meta», añadió.
También propuso crear un fondo, alimentado por los gobiernos de todo el mundo, para ayudar a los países en desarrollo a aprovechar las tecnologías energéticas más limpias.
«También debemos trabajar para que estas tecnologías sean más accesibles, especialmente en los países en desarrollo», dijo Bush.
Los 16 países reunidos en Washington son Alemania, Australia, Brasil, Canadá, Corea del Sur, China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia y Sudáfrica.
Juntos representan dos tercios de la población mundial, 80% de la economía global y aproximadamente 80% de las emisiones de gases con efecto invernadero, destacó la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, el jueves.
También asisten representantes de la Unión Europea y la Convención sobre Cambio Climático de ONU (UNFCCC).
Las conversaciones de Washington se desarrollan pocos meses antes de una reunión clave en Bali, Indonesia, del 3 al 14 de diciembre, que buscará profundizar las reducciones de emisiones cuando venza la primera fase del protocolo de Kyoto, a fines de 2012.
Fuente: AFP