Una Estrategia de Desarrollo Sostenible que sirva de guía a los países de la cuenca mediterránea para aunar crecimiento y conservación medioambiental es el principal resultado de un foro que concluyó el pasado 11 de noviembre y reunió a representantes de 21 países ribereños y la Unión Europea (UE).
La XIV Conferencia del Plan de Acción Mediterráneo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PAM-PNUMA), celebrada en Portoroz, ha tenido también como resultado la elección de España como el próximo organizador de la reunión en 2007.
Esa elección es ‘una señal del compromiso de nuestro país con estas políticas medioambientales sostenibles’, afirmó a EFE José Fernández, director general de Costas del Ministerio de Medio Ambiente y jefe de la delegación española en la reunión.
‘Nuestro trabajo cotidiano en este convenio está desembocando en cosas importantes, la Estrategia Mediterránea de Desarrollo Sostenible es un referente que marcará un antes y un después’, agregó.
El documento adoptado no tiene carácter vinculante, pero es una orientación para muchos países de la ribera sur mediterránea, que carecen de estrategias nacionales de desarrollo sostenible y políticas ecológicas asentadas, ya que deben lidiar con otros problemas socioeconómicos más acuciantes, según fuentes del PAM.
En la estrategia, adoptada en el documento final denominado ‘Declaración de Portoroz’, se recogen cuatro objetivos a largo plazo: desarrollo económico, disminución de las diferencias sociales, gestión sostenible de recursos naturales y buen gobierno, aspecto en el que se incluye el fomento de una sociedad abierta y democrática.
También se establecen siete prioridades ambientales: mejorar la gestión del agua, promover el uso responsable de la energía, mitigar el cambio climático con energía renovable, fomentar transportes que limiten el daño ecológico, promover el turismo concienciado, así como la difusión de una agricultura y un desarrollo rural respetuoso con el medio ambiente.
En el camino a estas metas se buscará involucrar a la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y la iniciativa privada.
Con esto se pretende reducir el impacto ecológico que está sufriendo el Mediterráneo, dado que es la región mundial que más turistas visitan, 230 millones por año, y puede sufrir los efectos del cambio climático, según el PAM.
Entre los datos del PAM sobre esa degradación, se afirma que más del 80 por ciento de las áreas áridas de la región están afectadas por la desertificación, se está produciendo una bajada en la calidad de vida de las ciudades por la alta congestión circulatoria y la disminución de calidad del aire, y la costa está sufriendo una fuerte presión urbanística.
El litoral mediterráneo español también sufre esos efectos medioambiental según los datos ofrecidos en la conferencia, debido a que 15,6 millones de personas viven oficialmente en su costa, lo que supone el 39 por ciento de la población, y la mayoría en municipio de más de 10.000 habitantes.
Entre otros aspectos de la declaración final también se mencionan los Planes de Acción Nacional, que recuentan los focos principales de polución terrestre en el mar por parte de cada país, incluyendo la adopción de ‘medidas de prevención y reducción’ de contaminación, según la declaración.
El coordinador del Plan de Acción del Mediterráneo del PNUMA, Paul Mifsuld, calificó la adopción de la estrategia de paso ‘histórico’ y aseguró que en la próxima reunión en España se tratará de la adopción de un protocolo de Gestión Integrada de Zonas Costeras.
Este foro medioambiental se puso en marcha en 1976, cuando los países ribereños firmaron el ‘Convenio para la Protección del Mar Mediterráneo contra la contaminación’, conocido como ‘Convenio de Barcelona’ y que fue renovada en 1995.
Fuente: Terra Actualidad