Tras 16 años de trabajo, el primer satélite europeo liderado por España se lanzará desde el cosmódromo ruso de Plesetsk el lunes a las 2:50 de la madrugada (hora peninsular española). El SMOS aportará datos sobre la humedad de la Tierra y la salinidad de los océanos a los que hasta ahora no se tenía acceso y que son claves para entender el cambio climático. Lo hará gracias a tecnología punta diseñada por investigadores y empresas españolas que han liderado este proyecto de 300 millones de euros bajo el paraguas de la Agencia Espacial Europea (ESA).
«La contribución española es de lejos la más importante de este proyecto», dijo ayer Jean-Jacques Dordain, director general de la ESA, durante la presentación del satélite en el Centro Europeo de Astronomía Espacial de Villafranca del Castillo (Madrid). «Es un hito para la industria del país», añadió. España y Francia han aportado dos tercios de la financiación, en la que también han colaborado el resto de países miembros de la ESA. Francia ha diseñado también la estructura básica del satélite que aporta el esqueleto sobre el que se montan los aparatos de medición.
El corazón del SMOS es MIRAS, una novedoso dispositivo diseñado por investigadores de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) y construido por un grupo de empresas españolas lideradas por EADS CASA. Se trata de un aspa de ocho metros y tres brazos sobre los que hay 69 ojos capaces de detectar las microondas que emite la Tierra. Aportarán datos sobre la humedad en el terreno y la salinidad de los océanos con una precisión desconocida hasta ahora. El SMOS será el único satélite del mundo capaz de medir esos dos factores a la vez, explica el español Manuel Martín-Neira, ingeniero de la ESA responsable del instrumento de medición. La tecnología y precisión del SMOS supera incluso a la de satélites similares de la NASA que aún no están en órbita. Se trata del Aquarius, que se lanzará en 2010 y el SMAP, que llegará en 2013. Ambos se basan en una tecnología «tradicional» con menos resolución, detalla.
Calentamiento terrestre
Los datos del SMOS se recibirán y procesarán en el centro de seguimiento de Villafranca del Castillo y otras estaciones de la ESA. Los mapas de humedad y salinidad permitirán desvelar nuevos detalles sobre cómo el calentamiento global está afectando al clima. En grandes zonas del planeta la humedad del terreno es el primer efecto regulador del clima, explicó durante la presentación el investigador del CSIC Jordi Font, que participará en el análisis de los datos del SMOS junto a un equipo de la UPC. «La circulación de los océanos es el sistema de calefacción de la Tierra y uno de sus factores claves es la salinidad», añadió. Los ojos del SMOS averiguarán qué impacto está teniendo el aumento de las temperaturas sobre el funcionamiento de esos procesos claves y cuánto calor está absorbiendo la Tierra. También podrá predecir inundaciones y sequías.
El satélite saldrá rumbo al espacio junto al Proba-2, otro dispositivo de la ESA para probar equipos de medición. Una vez el SMOS alcance su órbita a 750 kilómetros sobre la tierra, desplegará sus tres brazos y comenzará a funcionar con la energía de sus paneles solares. Tardará un mes y medio en mandar su primera fotografía, pues primero se probarán sus equipos de navegación y medición, así como los sistemas de recepción en tierra, señala Martín-Neira. Está previsto que el satélite vigile el clima durante tres años que pueden ampliarse a cinco si todo va bien.
«Es un hito histórico de la observación de la Tierra desde el espacio», señaló Martín-Neira durante la presentación del proyecto. «Será una herramienta para que las generaciones futuras hagan frente a los retos que les tocará vivir», concluyó.
Fuente: Publico.es