El Metop 1, el nuevo satélite europeo de observación meteorológica y climática que gestionará la organización Eumetsat. Los ingenieros y técnicos hacen las últimas comprobaciones de los equipos estos días, antes de desmontar el artefacto en dos piezas para transportarlo a Kazajstán el próximo 18 de abril. Desde allí, desde la base espacial de Baikonur, será lanzado por un cohete Soyuz-Fregat a finales de junio.
Un enorme satélite casi totalmente envuelto en un material dorado que lo protegerá en el espacio, con varias antenas y una docena de sensores a bordo, destaca en la sala limpia de la empresa Eads Astrium, en Toulouse (Francia). Metop 1 tiene forma de paralelepípedo de 6,3 metros de altura y 2,5 x 2,5 metros de lado, y pesa cuatro toneladas; una vez en el espacio, con el panel solar desplegado, medirá 17 metros de longitud. Es el primer satélite meteorológico europeo de órbita polar, y se integra en la constelación de equipos de este tipo, estadounidenses y europeos, que ha empezado a configurarse en el espacio. Su misión es ayudar a mejorar la predicción meteorológica a cinco o seis días vista y vigilar el clima del planeta.
Eumetsat cuenta hasta ahora con los satélites Meteosat, que están en órbita alrededor del ecuador terrestre a 36.000 kilómetros de altura, por lo que los datos que proporcionen los nuevos equipos polares, aunque complementarios, mejoran notablemente la capacidad de predicción del tiempo. El nuevo sistema de satélites proporcionará medidas constantes de temperatura y humedad atmosférica en todo el perfil de altura de la atmósfera, datos de velocidad y dirección de los vientos y de composición del aire, atendiendo especialmente al ozono,
«Metop 1 estará en órbita polar de la Tierra, a 820 kilómetros de altura sobre la superficie, y dará 14 vueltas al planeta cada día», explicó Marc Cohen, jefe del programa de satélites polares de Eumetsat, durante una visita a Eads patrocinada por este organismo europeo de satélites meteorológicos. El nuevo sistema de observación estará integrado por equipos estadounidenses y europeos que se repartirán la cobertura de la observación y compartirán la información obtenida. El primer satélite, el NOAA-18 (de EE UU), ya está en órbita, el segundo será el Metop1. Luego, en 2009, saldrá al espacio el NOAA-N? y para 2010 está previsto el lanzamiento del Metop 2; un tercer satélite de esta serie se pondrá en órbita en 2014, continúa Cohen.
Parte del Metop 2 y del Metop 3 -en concreto los respectivos módulos de servicio- se ha construido ya, a la vez que el primero de la serie, para optimizar el coste de fabricación, y están también en la sala de Eads Astrium. Ahora se embalarán y se guardarán hasta que llegue su momento de recibir el módulo de instrumentos de observación y ser completados para salir al espacio, explicó Stephane Canilleri, ingeniero de sistemas.
Los Metop y tres de los instrumentos de observación que van a bordo han sido desarrollados por la Agencia Europea del Espacio (ESA), en un programa opcional con una inversión de 745 millones de euros en el que participan 12 de sus países miembros, incluida España, comenta Peter Edwards, responsable del programa en la ESA. El coste de los Metop y su operación durante 15 años asciende a 2.400 millones de euros. Bajo la dirección de Eads Astrium, como principal contratista, han intervenido en el desarrollo y construcción de los equipos medio centenar de empresas europeas, entre ellas Eads Casa y Crisa, en España.
Los Metop son los primeros satélites meteorológicos de órbita polar europeos y serán los observatorios de la mañana (a las 9.30 diariamente pasarán sobre el ecuador del planeta), mientras que los estadounidenses harán la pasada de tarde (a las 14 horas).
El sistema comparte objetivos, gestión, datos e instrumentos: algunos sensores estadounidenses van embarcados en los satélites europeos y viceversa. En concreto, a bordo del Metop 1 van cuatro sensores estadounidenses, mientras que en el NOAA-18 está funcionando ya el MHS europeo, un artefacto diseñado para medir la humedad atmosférica y la radiación de la superficie terrestre. Como socios en el desarrollo de este
Sistema Unificado de Satélites de Orbita polar (IJPS, en sus siglas en inglés) participan el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) francés y la Agencia Nacional para el Océano y la Atmósfera (NOAA) estadounidense.
Esta cooperación tecnológica y de explotación de los datos no está exenta de fricciones entre los socios de uno y otro lado del Atlántico. Un problema que ha tardado meses en resolverse ha sido el del acceso a los datos, ya que EE UU quería controlar la información recabada por sus instrumentos. Finalmente, se ha acordado que todas las organizaciones públicas europeas y estadounidenses especificadas en una lista previa dispondrán de todos los datos del sistema inmediatamente y sin restricción alguna, mientras que al resto de los usuarios se les podría limitar el acceso a los mismos durante tres horas. «Es sólo un presupuesto teórico, no pasará nada de esto, en la práctica no habrá restricción alguna», comentó Cohen.
¿Pero, qué información recabarán los instrumentos del IJPS para que EE UU haya planteado el problema? «Les preocupan las imágenes que se pueden tomar, pero este asunto del acceso a los datos no es un problema real porque las imágenes tendrán muy poca resolución en comparación con otros satélites», considera.
Diferentes sensores capaces de medir los vientos en la superficie del planeta, incluido el océano, de tomar temperaturas en toda la altura de la atmósfera y las variaciones de presión, de analizar la composición de gases, de medir la humedad, de vigilar las extensiones heladas, etcétera, integran la carga instrumental de Metop 1. Con los datos no sólo se alimentarán mejor que ahora los modelos que permiten hacer las predicciones meteorológicas en computador, sino que ayudarán a conocer mejor el clima del planeta y perfilar cómo puede ser su evolución futura.
«Metop es un satélite complejo, con numerosas antenas, varios instrumentos que estarán activos simultáneamente y receptores muy sensibles, cubriendo un amplio rango de frecuencias», afirma Jean Paul Gardelle, jefe del proyecto en Eads Astrium.
Fuente: www.elpais.es