Un fuerte temporal de nieve y viento, el tercero en lo que va de invierno, azotará este miércoles la costa Este de Estados Unidos, obligando a cerrar varios de los edificios del Gobierno norteamericano en Washington -entre ellos el Congreso– y la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
El Servicio Meteorológico de Estados Unidos predijo más de 36 centímetros de nieve en las ciudades de Nueva York y Washington, más de 51 centímetros en Baltimore y unos 48 en Filadelfia. Las oficinas gubernamentales permanecerán cerradas por tercer día consecutivo -lo que se traduce en pérdidas de productividad valoradas en 100 millones de dólares diarios.
Los pronósticos también predicen fuertes vientos que podrían provocar apagones en diferentes puntos de la zona. El pasado fin de semana se registró un primer temporal que dejó capas de nieve de hasta 81 centímetros. Las escuelas de Washington permanecerán cerradas durante el resto de la semana.
La Cámara de Representantes ha cancelado todas las votaciones previstas para los próximos tres días y varias compañías han cancelado vuelos a la capital estadounidense, así como a Filadelfia, Nueva York y Chicago. En Nueva York tampoco habrá clases hoy miércoles y Boston ha declarado ya el estado de emergencia ante la llegada de las nevadas.
Actualizado: jueves, 11 de febrero de 2010
Este de EEUU sufre una de las peores nevadas de su historia
La que amenaza con convertirse en una de las peores tormentas de nieve en más de un siglo continuó azotando la costa este de Estados Unidos, obligando a paralizar la vida política tanto en Washington como en Filadelfia y Nueva York, donde hasta Naciones Unidas cerró sus oficinas.
En la capital estadounidense, vientos de hasta 80 kilómetros por hora, acompañados de una intensa nevada y temperaturas bajo cero, llevaron a las autoridades a declarar una alerta extendida. Todas las oficinas federales se mantuvieron cerradas por tercer día consecutivo, informó Reuters.
La única cita que se mantuvo vigente fue un encuentro de líderes afroamericanos con el presidente Barack Obama, «para hablar sobre empleos y la economía» en una Casa Blanca casi enterrada bajo la nieve.
Las autoridades locales recomendaron tanto a los capitalinos como a los residentes en los aledaños estados de Maryland y Virginia permanecer en sus casas, muchas de las cuales carecen de electricidad desde el fin de semana pasado, debido a otra tormenta de nieve que ya paralizó la región en los últimos días y que empieza a provocar desabastecimiento en los pocos comercios que se atreven a abrir sus puertas.
«Esta es la peor nieve que Washington ha visto jamás», aseguró a CNN el alcalde de la capital, Adrian Fenty.
«Las condiciones son extremadamente peligrosas en estos momentos», corroboró la jefa de la policía del Distrito de Columbia, Cathy Lanier.
Se teme que la última tormenta provoque niveles de nieve superiores al medio metro, un enorme reto para unos servicios de limpieza de carreteras, ya exhaustos tras días de trabajo sin tregua para mantener mínimamente abiertas las vías de emergencia.
Aunque con menos virulencia que en Washington, la nieve también colapsó Nueva York, que hasta ahora se había librado de lo que Obama calificó de Snowmageddon, el «Armageddon de la nieve».
En el área se han cancelado al menos 5.000 vuelos.
Florida y California afectadas
Una nueva y sorpresiva ola de frío cae sobre Florida, aunque los expertos vaticinan que será menos intensa y más breve que la registrada en enero pasado, que dejó pérdidas millonarias en la agricultura y más de 200 manatíes muertos y miles de tortugas en peligro.
Pese a que un tibio sol amanece estos días y parece calentar en el sur de Florida, el aire frío proveniente del norte anula su efecto, indicó Efe.
Las temperaturas en Miami están por debajo de los 10 grados, casi 20 grados menos de lo que es habitual a principios de febrero en el sur de Florida.
La ola de frío polar que recorrió a inicios de enero Estados Unidos causó pérdidas económicas en el sector agrícola de Florida evaluadas en unos 450 millones de dólares, especialmente en los cultivos de calabaza, plátano, aguacate, tomate, fresa, frijol, entre otros.
Las autoridades del sur de California mantenían vigentes las órdenes de desalojo de 500 viviendas ubicadas en laderas que registraron deslaves, aunque tendía a disiparse la tormenta que obligó a la medida.
Los funcionarios argumentaron que persiste la amenaza de aludes de lodo, tierra y piedras en los sectores residenciales de La Cañada Flintridge, La Crescenta y Acton, así como en dos cañones en el Parque Nacional Ángeles.
Fuente: El País